Una actriz chilena, madura, con más de treinta años de oficio, que habla desde su experiencia y quehacer en el Teatro y en la Vida.
sábado, 28 de enero de 2006
Ser "vaca sagrada" del Teatro...
Este blog pretende saciar mi sed de comunicar mis emociones y sentimientos, volcar en él, mis frustraciones e ilusiones (con la secreta esperanza de encontrar almas afines).Siempre voy a ser premeditadamente autoreferente, cómo se puede hablar de un tema sin referirse a la propia experiencia?
Cuando me inscribí en la Escuela de Teatro, de una prestigiosa universidad de mi país, por esos años dominado por la dictadura.
Bueno, mi padre, pese a ser un artista frustrado, no le cayó bien la idea, de que esta hija suya estudiara algo tan "anormal", ¿Porque no ? enfermería, pedagogía, secretaria, etc.
Era mi padre, un tipo luchador de orígen campesino, que luego de ser grumete y marinero artillero, había sido dado de baja en la llamada, Rebelión de los marinos de Marmaduke Grove.Tenía un pensamiento socialista que había sido sofocado, pero no eliminado, y que generalmente comentaba con nosotras, sus hijas.No pertenecía a ningun partido y su gran causa era la supervivencia y la responsabilidad para con su familia, compromiso que cumplió con creces, dándonos una vida cómoda y bastante burguesa.
Era comprensible que le fuera difícil aceptar que yo eligiera una profesión que por esos años 1974, gozaba de mala fama, tan insegura, tan bohemia, artistas en general, éramos catalogados de conflictivos, comunistas e inútiles.
Yo era bastante gansa, y poco informada de los vaivenes políticos y sociales y cuando quise
estudiar Teatro, me impulsaba mi admiración por la Literatura, los textos dramáticos que reflejaban las pasiones humanas y mi amor al cine.Las tardes de domingo en las que acompañadas por mis padres veíamos tres películas en los cines de barrio eran mi mayor
felicidad de niña y adolescente.Salía de estas largas sesiones en estado hipnótico, creyéndome todos los personajes, sintiendolos parte de mi propia vida.
A pesar de su oposición y continuas críticas, igual abracé mi oficio con una porfía
digna de estudio.Tuve excelentes maestros que corrigieron con dureza mis defectos, pero que exceptos honrosas excepciones, no tuvieron la generosidad de señalarme mis fortalezas. Esas las fui descubriendo con el oficio, el escenario es el mejor maestro, y teniendo la humildad de aprender de los que han logrado de algun modo el reconocimiento y la consagración.
Cuando fui estudiante, (en realidad cuando era mas joven, porque un actor no debe dejar de estudiar)admiraba a mis colegas actores, veia obras de teatro, todas las que pudiera, de distintos estilos y propuestas, ademas admiraba a músicos, bailarines, coreógrafos (sobre todo a uno).
Me gustaba ir a saludarlos al camarin, y aunque a veces era hasta ignorada, siempre deseaba saludarlos y transmitirles mis sensaciones de espectador, ya fueran positivas o negativas.
Como actriz, mi hiper sensibilidad se resiente ante la crítica, pero debo confesar, que cuando la he tomado con objetividad, ha sido nutritiva para mi oficio, y he agradecido la honestidad y el valor de quien me la ha hecho.
Yo no aspiro a ser "vaca sagrada " del teatro.Para mi que no soy budista ,y perdon si hiero alguna suceptibilidad, soy muy práctica, una vaca sagrada es un animal inútil, que ensucia su entorno y que si fuera bien utilizada salvaría muchas vidas.
Quisiera ser reconocida, como una obrera de la emoción, de la fantasía, de la cultura, de la entretención.Como una que se sube al escenario con el mayor respeto y con la conciencia, de que el privilegio de ser artista te obliga a ser un referente de reflexión social.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario