El tema de la pedofilia a nadie deja indiferente ,a la mayoría nos provoca un rechazo violento. No parece humano ,ni justo que existan personas que puedan abusar de niños , que se coludan ,armen redes de pornografía para exponer los actos perversos y aberrantes que indivual o colectivamente han ejercido sobre esos pequeños seres que se asomaban a la vida y a los que con su violencia le han hecho vivir lo peor de la condición humana . Esos criminales que se ocultan y protegan hasta que alguien,con una mejor conciencia , incapaz de ocultar el dolor y el trauma que larva en su espíritu, habla.
Según sea la condición social y de poder de los denunciados las reacciones son variadas. Cuando se denunciaron y comprobaron los delitos de Sakarac y la red Paidos y empezaron a caer algunos cómplices,no hubo ni defensa ni reclamos . Casi fue unánime la repulsa .
Pero cuando se trata de personajes que tienen representatividad y aurea de santidad ,como el cura Karadima o empresarios como Spiniak,ahí las conclusiones se relativizan. Se desata una pugna ,entre los que créen ,entre los que niegan la posibilidad de los hechos y la honestidad de los que testimonian. Y el problema pasa a ser si hubo o no, una relación consentida . Si el problema es o no, la homosexualidad .
Si es mayor o menor de edad .
Uno escucha sorprendida a un" honorable sacerdote" que dice "quien esté libre de pecado que tire la primera piedra" y con eso nos está diciendo cuan frágiles y débiles somos todos . Así es que vamos violando a los que se nos entreguen a nuestro cuidado y guía espiritual . Total después pedimos perdón de nuestros pecados y dá lo mismo a cuanto ser se le haya destruido su inocencia ,su fé en aquellos que creyó estaban disponibles para abrirles la ventana de la educación y del conocimiento de la vida .
En lo que estoy de acuerdo es que todos somos cómplices de no pensar con mayor responabilidad y lucidez Los padres que no orientan con sinceridad a sus hijos acerca de lo que significa la privacidad y el respeto por su cuerpo y sus sentimientos.Son ellos mismos los que empujan a sus cachorros a las fauces de estos abusadores con poder, vestidos de piel de oveja ,que se aprovechan de la estupidez y negligencia de adultos que delegan su misión y que entregan a sus hijos a perversos ,con la justificación de darles una oportunidad y mejor educación, asegurarles sustento,un mejor futuro, etc
Nada de esto es nuevo ,la literatura esta llena de relatos de abusos sexuales, de actos aberrantes de esclavitud física y espiritual a la que se ha sometido a niños y jóvenes ,que luego al convertirse en adultos pasan a repetirlos. Tal vez el único modo de romper la cadena sea testimoniando como este médico ,que después de veinte años decide denunciar a su esclavizador en su dimensión mas obscura y oculta. El se expone a la crueldad de los comentarios de aquellos que les parece imposible que un jóven y luego un adulto profesional ,haya permitido ese abuso sin estar comprometido con la aceptación y "disfrute" a tales abusos . "Se supone que fué una relación homosexual consentida y que los ofendidos tampoco son tantos".
¿ Eso no es delito? En mi opinión lo es ,y el peor. Robarle la fé y la inocencia a un niño ,o a un jóven ,o tal vez un adulto que ha entregado su confianza y respeto a alguien que crée su guia, es un daño moral que nos coloca en indefensión el alma . Y mas aún cuando el que lo hace se vende como ejemplo de virtud y maneja la voluntad y la culpa de los que somete.
Hay un gesto generoso y valiente en los que denuncian . Hablan desde de su dolor profundo y oculto,a pesar de la humillación y los ataques a los que quedan expuestos .Puede que busquen el modo de sacar de sus pensamientos, las visiones angustiosas que reviven en su cotidiano y que impregnan. su existencia y sus relaciones familiares y sociales . Toda la contradiccion entre la culpa y la manipulación que el abusador ha dejado a fuego en su mente, haciendole sentir complice y tan perverso como él. Esclavizado por ser pecador.
Denunciar al costo que sea , parece el camino para sanárse del trauma. Enfrentar el temor interior que le está advirtiendo que en él, puede haber un agresor latente que no quiere ser. Hablar es permitir que entre luz en la obscuridad siniestra de ser complice , de que se pueda infringir igual daño a otro..Puede ser la manera de pedirse perdon a sí mismo , destruir la mochila de culpa y sufrimiento , para aceptarse y perdonarse .
1 comentario:
Lo ingrato de todo el asunto, es la complicidad institucional que se da en todo ámbito frente a los abusos. En este caso específico, que trascurran cinco años o más para atender una situación más que urgente y aberrante, es lo deplorable.
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