miércoles, 31 de agosto de 2011

El sargento Millacura , el minuto fatal que convierte a un excelente funcionario en asesino y mentiroso .

 Tenía que ocurrir, debía haber una victima y un victimario . Luego  de tantas presiones ,protestas reiteradas ,destrucciones de bienes públicos, barricadas de día y de noche ,lucha contra delincuentes y lumpen  que en la revoltura aprovechan  la ocasión para robar lo que se pueda, estudiantes anarquistas que piensan que hay que romperlo todo  para botar "el sistema en que todo está mal" .
Pobres carabineros ,nadie  puede resistir  con lucidez  tanta presión, tanto de sus propios mandos , que les exigen  resultados ,con turnos  interminables ,muchas veces sin comer ,ni  respetando sus derechos laborales ,poniendo la cara  ,sabiendo que son el rostro  culpable para la comunidad que critica la violencia innecesaria ,mientras un pequeño grupo de encapuchados que no están ni ahí con los principios reivindicativos, botan su resentimiento social provocando y atacando  todo .  
Solo quisiera preguntar a esos padres que ahora lamentan la muerte de su buen hijo ,porqué no les pidieron que no se subieran a esa pasarela a mirar las protestas a las 23,30 de la noche. Cómo no les enseñaron a tener precaución ante la amenaza  que significa estar en medio de una protesta ,con barricadas ,con poca visibilidad y además empujando la silla de su hermano inválido.   Yo  soy madre , entiendo que los hijos son arriesgados , que a veces no atienden consejos ,pero  mamita, lo que se subieron a mirar estos muchachos , no eran los fuegos de artificios  del año nuevo.  
Yo defiendo al sargento Millacura , lo compadezco , quiero ponerme en su estado de ánimo,y es más ,quiero pensar como automovilista que le toca pasar al lado de una barricada ,con jóvenes descontrolados que ven en cualquiera que se les cruce  un enemigo . Muchas veces al pasar  conduciendo debajo de un pasarela he mirado con desconfianza las personas que circulan por ella ,y he pensado con agradecimiento cuando he visto un carabinero vigilando arriba ,para segurarnos no ser atentado con piedras desde ellas. 
Como es difícil adivinar intenciones ,es más razonable pensar que uno no se debe meter en las patas de los caballos. 

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